La guapa Ely Guerra se vio mucho mejor plantada en el escenario que en otras participaciones de este encuentro; ahora con traje negro y corbata blanca, muy tapadita, pero con una broma respecto del accidente que le hizo asomar un pecho hace dos festivales Vive: cada uno de sus músicos tenía rasgada la playera justo en una de sus tetillas. Con su pasión acostumbrada, cantó sensual y rompió contra el suelo, catártica, una guitarra acústica.