El riesgo de hacer algo completamente nuevo y arriesgado, así como el guión escrito por el egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, Iyari Wertta, fueron algunos de los elementos por los que la rockera Ely Guerra aceptó participar como actriz en la película La pantera negra, que actualmente cumple su tercer semana de rodaje en la Ciudad de México.
Aunque el realizador aseguró que la intérprete de Ángel de fuego, Tengo frío y Peligro, lleva consigo la naturaleza de actriz, Ely prefiere ser más cautelosa y precisa que aceptó interpretar a una elegante y misteriosa dama en cine porque se identifica con su “nostalgia y soledad”.
“Me habían invitado a trabajar en cine, pero nunca lo había agarrado porque nada me gustaba, además siempre me invitaban a ser la rockera o algo parecido a mi profesión y en La pantera negra era algo distinto a mí, el guión me encantó y también entendí que Iyari me ubicaba en el personaje porque es muy nostálgico y solitario y yo comprendo eso en mi música”, dijo en entrevista la intérprete de Más bonita y Quiéreme mucho durante un receso del rodaje.
“Yo entendí muy bien este personaje que siempre muere, porque en mis conciertos soy así, es un renacer continuo o una muerte continua. Yo disfruto mucho mi vida musical, pero también la sufro y encontraba esa similitud con La mujer de los perros, en la cinta, que es perfecta, que siempre huye de la realidad y está decidida a morir elegantemente”, abundó.
Pero aunque destaca por su espontaneidad, buen humor y talento en escena, Ely aseguró que esta segunda incursión (la primera fue en Sueño, de Renée Chabria) en la actuación estuvo llena de dudas y preocupaciones histriónicas, las cuales ha enfrentado con todala humildad posible.
“Mi personaje no habla y yo tampoco me arriesgaba a hacer algo tan nuevo para mí por temor a no dar el ancho. Es algo que me preocupa porque no soy actriz, soy músico y actuar siempre es peligroso y riesgoso, no por mí, sino por el que me invita.
“Pero siendo un personaje tan distinto a mí, me daba la posibilidad de generar esta curiosidad que siempre he tenido por la actuación, pero al mismo tiempo era como hacer un video, es decir, algo conocido”, agregó Ely, vestida con la elegancia de una dama de los años 50.
Aunque el realizador aseguró que la intérprete de Ángel de fuego, Tengo frío y Peligro, lleva consigo la naturaleza de actriz, Ely prefiere ser más cautelosa y precisa que aceptó interpretar a una elegante y misteriosa dama en cine porque se identifica con su “nostalgia y soledad”.
“Me habían invitado a trabajar en cine, pero nunca lo había agarrado porque nada me gustaba, además siempre me invitaban a ser la rockera o algo parecido a mi profesión y en La pantera negra era algo distinto a mí, el guión me encantó y también entendí que Iyari me ubicaba en el personaje porque es muy nostálgico y solitario y yo comprendo eso en mi música”, dijo en entrevista la intérprete de Más bonita y Quiéreme mucho durante un receso del rodaje.
“Yo entendí muy bien este personaje que siempre muere, porque en mis conciertos soy así, es un renacer continuo o una muerte continua. Yo disfruto mucho mi vida musical, pero también la sufro y encontraba esa similitud con La mujer de los perros, en la cinta, que es perfecta, que siempre huye de la realidad y está decidida a morir elegantemente”, abundó.
Pero aunque destaca por su espontaneidad, buen humor y talento en escena, Ely aseguró que esta segunda incursión (la primera fue en Sueño, de Renée Chabria) en la actuación estuvo llena de dudas y preocupaciones histriónicas, las cuales ha enfrentado con todala humildad posible.
“Mi personaje no habla y yo tampoco me arriesgaba a hacer algo tan nuevo para mí por temor a no dar el ancho. Es algo que me preocupa porque no soy actriz, soy músico y actuar siempre es peligroso y riesgoso, no por mí, sino por el que me invita.
“Pero siendo un personaje tan distinto a mí, me daba la posibilidad de generar esta curiosidad que siempre he tenido por la actuación, pero al mismo tiempo era como hacer un video, es decir, algo conocido”, agregó Ely, vestida con la elegancia de una dama de los años 50.