La cantante Ely Guerra vive de un extremo a otro. “Estoy revueltita por todos lados”, confiesa. Por un lado, vive el gran gozo de celebrar, a pesar de todos los obstáculos, sus diez años de carrera solista con un disco en vivo que será editado en febrero. Pero también sufre por sus niveles de autoexigencia que se impone y que la han llevado a elegir los temas, estar cerca de la mezcla del álbum realizada por Tom Russo, diseñar la portada del álbum, hacerse cargo de las fotografías, el vestuario... “Eso me genera mucho estrés y sé que no es vida, pero...”, deja la frase a la mitad. Al fin, mujer intensa.
En la parte placentera con la que el año recibe a la cantante, está la revisión de las 30 canciones que interpretó en su último concierto en el teatro Metropolitan, con las cuales integró dos ediciones del disco en vivo llamado simplemente “Ely Guerra”, que será lanzado en dos versiones, uno con 20 y otro con 14 temas.
Al sentarse a escuchar el material extraído de sus cuatro discos solistas, Ely confiesa haber reflexionado en lo que ha hecho y lo que falta por realizar en su carrera.
“Oír las canciones fue una celebración con mucho gozo, pero que me provocó una reflexión muy lógica, porque llevo muchos años en la música y lo mío no es nada más gozarla, también la sufro.
Ely luce una nueva imagen, donde el cabello rubio ha quedado atrás. Tiene ahora el cabello corto y ha vuelto a dejarlo en su tono natural.
Su cabellera lanza un mensaje, no revela cuál, y evade la reflexión con un comentario de buen humor: “Quien más lo ha disfrutado es mi peluquero”, comenta divertida, aunque reconoce que es precisamente en sus cambios de imagen donde se expresa la búsqueda por encontrarse como artista y sobre todo como mujer.
Su disco en vivo será lanzado el 15 de febrero, dos días después de su cumpleaños número 35. Ely insiste que al llegar a esta edad, las mujeres necesitan un minuto de reflexión y en ese momento se encuentra al celebrar su primera década de trayectoria.
“Es una transición”, asegura, y dice que se conoce bien, pues mientras más mal se sienta en su estado de ánimo, mejor escribe y argumenta que el músico es “un alma inestable”, por ello augura un buen disco inédito, del que se niega siquiera a dar un esbozo.
Lo único que sabes tras la charla con ella, es que se mantendrá, por lo menos un disco más, con su actual disquera.
